con las que ordeno la casa
y con ella su interior,
hay momentos especiales
en los que me encuentro
admirando el recuerdo
que determinados objetos
me atrapan en ese momento.
Particularmente, quizá por llamativo,
encuentro muy contemplativa
la acción, simple y necesaria,
de recoger la ropa, plancharla,
doblarla y guardarla,
para su posterior uso.
En esos momentos me inundan
infinidad de situaciones
llenas de imágenes y sentimientos
donde mi espíritu salta y vive
ante cuantas experiencias recuerde,
porque se trata de quienes amo
y quienes me aman,
en la vivencia impregnada
de fragancias y texturas
que les procuro a las ropas
como cuidado de a quienes cuido."
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