"Todos somos un diamante
y como potencia entre potencias...
nacemos.
Somos la esperanza
con la que se labrará el futuro
y por ello en ternura se envuelve
la inocencia
con mucho mimo y cuidado..
Llega un día, siempre señalado,
en el que las caras labradas
se enfrentan con la realidad
y la luz que debería entrar,
lejos de quedar
en su interior potenciada,
al chocar con ella...
se refleja.
Es triste dejar que otros
nos pulan nuestras caras
avalado por una apariencia
y llegar un momento y descubrir
que más que pulido y labrado
está apaleado y hecho añicos
por haber dejado que una moral
se ocupe
de la mayor obra de uno mismo...
ser uno mismo.
Yo nací para ser diamante,
y que las impurezas que contenga
revelen mi verdadero color,
pero nunca nací
para ser un espejo."
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