“Me gusta mi reflejo
en los cristales curvos de los vehículos,
parezco más fuerte, más recio,
a veces, incluso hercúleo
y sonrío ante ese reflejo
generado por esa confluencia circunstancial
que es más cierta
que mi normal imagen.
Por eso, me gustan las personas
que de mi proyectan alguna idealidad
al chocar mi apariencia en su alma
hasta consiguen
que me guste más yo,
por mucho que sepa
que así no soy.”
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