“A veces
aparece una deidad en tu camino,
quizá sea un ángel o un espíritu magnífico
que apoderándose de esa prestancia
se vale de su corazón dispuesto
y en sus palabras y gestos
notas que no es lo que parece
sino que tras todo ello
una mano acogedora te dice
estoy aquí, víveme en tu corazón
y tan difícil es de creer
que sólo ves a la persona
y oyes sus palabras
y te quedas con sus gestos personales
y sueñas con su mirada
y anhelas su tacto
porque es tan apetecido lo que transmite
como esa felicidad escondida en tu memoria
creada como indeleble recuerdo
tras los abrazos de tus padres.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.