Foto propia
“Es inevitable lamentarse con achaque
cuando erramos en objetivos
lacrando las imprudencias con rabia
donde debía haber habido inteligencia
porque eso de moverse confiadamente
sólo es cosa de ambientes seguros
y no de aquellos que por interesados
no hacen más que ahondar en incitación
al amparo de orgullos y soberbias
tras los cuales nos deja al descubierto
el error al que aludimos
dejándonos mirando de aquí para allá
intentando recopilar numerosas voluntades
que hagan menos ridícula la evidencia
de lo imprudente de la acción
pues, en esencia, era equivocación
disfrazada de fútil esperanza
sólo que aderezada con naderías
que sólo a una persona influenciable
se le hace caer.
Que por nadie más pase
pues errar no es equivocarse
al ser ésto último una decepción
de la que se aprende a reconocer
y no la herida vanidad que se descubre
ya sin solución de camuflaje
a menos que cambie la aptitud.”
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